Ilustro esta entrada con uno de los dibujos que Moritz Liebeknecht preparó para mostrar las señales del autismo.
En esta ocasión subo el material que preparé para trabajar con Erik que «llorar es normal». Cuando era pequeño, no podía soportar el llanto de un bebé. Erik no podía entender que un bebé llorara. Trabajar la causalidad fue de gran ayuda para él: «el bebé no puede hablar. El bebé llora porque tiene hambre». Desde entonces, el llanto de un bebé ya no es un problema. Sin embargo, siempre surgen nuevas cosas.
Ahora Erik no tolera muy bien cuando él llora. Dice que «los chicos no lloran» y se enfada para calmar su llanto. La situación ha mejorado desde que trabajamos el material que viene a continuación, y espero que muy pronto entienda que todas las personas lloramos y que llorar es normal.
¡Espero que os sirva!
Hola Anabel! Pues sí,llorar és normal,todos lloramos…Natalia,por suerte,aunque és lloronceta,tambien (de momento) con las pautas que Ana,su psicóloga,nos da,la calmamos facilmente y sus rabietas han disminuido mucho…la verdad és que su etapa de rabietas le duró unas semanas,tras navidad,supongo que el ritmo de esos dias la trastocó mucho,ahora vuelve a ser la niñita dulce y contenta de siempre y cuando llora,la mayoría de veces,basta con darle un abrazo para que se le pase. Un abrazo,guapa y muchos besos a Erik.
¡Qué linda, Natalia!, dale también muchos besitos.
Erik no es nada llorón, creo que agotó el cupo de bebé, jaja. Pero ahora, cuando se hace daño y le duele -por ejemplo- y llora un poquito, dice, "no, no quiero llorar, los chicos no lloran"… jaja, seguro que es una idea que se ha traído de la guardería.
Las rabietas, afortunadamente, pasaron hace como dos años. Uf.
Ahora lo que intento es hacer ver a Erik que llorar es normal, sea chico o chica, jaja.
Besotes.
jajaja mi ojitos azules "los niños no lloran", eso lo aprenden como dices en el jardín, se lo transmiten los padres!
Espero tenga que llorar lo menos posible, aún hoy cuando las mías lo hacen me rompe el corazón, acercarse, abrazarlas, preguntarles el por qué?
Ha parado de nevar? en verdad no he escuchado la radio en ese momento en que comentan el clima en el mundo.
Besitos iluminados!
Yo, que soy de naturaleza llorona, lloro mucho. Díselo a Erik; lloro incluso (las más de las veces es así), de felicidad, porque una emoción feliz me hace salir lágrimas. En momentos determinados, cuando escucho una música, mirando un paisaje, leyendo, escuchando a alguien…
Como sisempre, fantástico el material.
Biquiños
ya ves, Graciela, jaja, es que Erik dice que es muy grande, muy fuerte y chico, y los chicos no lloran, jaja. Y cuando le digo, pues los papás sí lloran, contesta, bueno, pues ya lloraré cuando sea papá, ahora soy un chico y los chicos no lloran.
En fin, si es que se me cae la babota… pero ni por esas se derrite la nieve, ahhhhhhhhhhhh, ¡qué ganas de primavera!
besotes.
Sí, fonsilleda, se lo contaré a Erik. ya le he dicho que también se puede llorar de felicidad, pero, uf, todavía le resulta difícil mezclar sentimientos… poquito a poco, si es que sólo tiene cinco años, jaja.
Acabo de leerte, y me reaformo en decirte cuánto te queremos.
MUAK.
¡¡cuanto trabajo en cada aprendizaje!!
¡¡cuanto amor en cada aprendizaje!!
biquiños,
Anabel,si és que Erik és un machote!! ja,ja,ja,ja,…pues si que harían buena pareja,sí,menudo bombón és tu nene.Un besazo.
Mi Nicolas es experto en este tema…..en llorar, como tu sabes es algo que estamos tratando de canalizar en el.
Me gusto mucho este material, gracias como siempre.
Georgina.
jajaja es grande para llorar, cuando sea papá lo hará, sí que sacan cada contestaciones que una se queda haaaa!
Envía nieve para aquí, este verano es insoportable, además del calor, los insectos se han apropiado de nuestros hogares!
Baccios!
Anabel, Constantino se parece en eso a Erik, pone pucherito y hace un esfuerzo enorme x no llorar, como si estuviera mal.
Pasaba a saludar y contarte que conseguimos un colegio para Constantino, estoy feliz!!!!
y amor el que pones en cada uno de tus escritos o el que nos brindas, aldabra.
Besotes.
Menudos dos, Cristina, jaja.
Poquito a poco, Georgina, ya sabes. Verás qué pronto nos estás contando que se mitigaron las rabietas, y luego que casi han desaparecido.
Erik fue un campeón de rabietas hasta los dos años y pico -sabes lo duro que es-, pero ahora quizás tenemos una por año.
Besotes.
Tú mándame los insectos, Graciela, que les congelamos en un momento, jaja
Besotes.
¡Cuánto me alegro, marina! Lo he leído en Isis, y es estupendo.
Besotes.