Después de haber trabajado la estimulación olfativa de forma genérica, daremos un paso más en el reconocimiento y discriminación de diferentes olores por medio de juegos sencillos y de ejercicios.
Nosotros utilizamos –ver fotografía- los contenedores de carretes de fotos. Así, llenamos dos cajitas con orégano, dos con clavo, dos con tomillo, dos con café, dos con romero, dos con lavanda, dos con…. Cuantas más tengamos, mejor.
En un principio disponemos sobre la mesa seis cajitas en dos filas de a tres. El niño abre el recipiente, y lo huele. Así sucesivamente hasta que encuentra su pareja.
Poco a poco iremos subiendo el número de recipientes.
Como el ejercicio anterior, pero el niño dirá también qué ha olido: “es orégano”. “Muy bien, busca el otro orégano”. Si el niño no reconoce el nombre de un olor, le ayudaremos.
Como los ejercicios anteriores, pero daremos un paso más al preguntarle al niño si le gusta o no el olor –nosotros descubrimos que a Erik no le gustaba nada el olor a romero, por ejemplo. Así que nada de cocinar alimentos con romero.
Trabajar los sentidos es un paso previo también para ir practicando la teoría de la mente. Con este sencillo ejercicio, iremos viendo que una persona huele una cosa, y otra persona huele otra cosa distinta. Es decir, que no siempre todos percibimos el mismo olor por nuestro sentidos.
Colocamos sobre la mesa siferentes objetos que huelen: especias, lociones, pasta de dientes, hierbas armática, calcetines sucios, agua de fregar, etc. En un principio, colocamos tres de esos objetos delante del niño, y tres delante del adulto. Poco a poco iremos subiendo el número.
– Le damos un objeto al niño para que lo huela. “(nombre del niño) – ¿qué hueles tú?” – “(yo) huelo la manzana” – “muy bien, tú hueles la manzana”.
– Cogemos un objeto y lo olemos. “(nombre del niño), ¿qué huelo yo”” – tú hueles la pasta de dientes – muy bien, yo huelo la pasta de dientes.
Como el ejercicio anterior, pero valoraremos también el olor:
– (nombre del niño),¿ qué hueles tú? – yo huelo el desodorante – Muy bien, tú hueles el desodorante. ¿Te gusta cómo huele? – Sí o no.
– (nombre del niño), ¿qué huelo yo? – tú hueles el calcetín – Sí, yo huelo el calcetín (aquí provocaremos que el niño nos pregunte si nos gusta: “pregúntame si me gusta”) – ¿Te gusta cómo huele? – No, no me gusta cómo huele el calcetín; el calcetín está sucio.
(continuará)
Tesoro simples ejercicios que ayudan mucho.
No le gusta el romero, bueno entonces le haré la comida sin él 🙂
Besitos, buena semana!
Es lo que te digo siempre Anabel, creo que este ejercicio, ahora que me lo muestras, sería muy interesante para todos los niños.
Hay aromas que, sobre todo a los niños de ciudad, se les pierden y éste sería un buen vehículo.
Hay otros desconocidos porque no se dan en determinados lugares…
Biquiños
Qué rico!! Con lo que me gustan a mi los olores!! y más ver esos carretes de fotos, qué recuerdos!! me encanta la actividad para estimulación multisensorial. Besotes olorosos para los dos.
Es un buen trabajo, deberíamos ayudar así a todos los "peques" de esa forma comprender lo que significa cada uno de ellos y sobre todo aprender lo bueno de lo malo. Felicidades por vuestro buen trabajo, besos a los dos
sí, corazónGra, nada de patatitas al romero, jiji, sino con tomillo y orégano. Venga, ¿cuándo cocinamos los tres juntos? Síiiiiiiiiiiiii
besotes 🙂
fonsilleda, cielo, tienes toda la razón; la cantidad de olores que nos perdemos muchas veces por ir corriendo siempre o por no convivir con ellos. Pues a seguir aguzando naricillas.
¡Feliz día, preciosa! 🙂 🙂
jaja, Amaya, a veces tiro de mi vieja reflex, con el cariño que le tengo, sniffffff en medio de toda la tecnología digital, jeje
Besotes, corazón 🙂
Trabajar los olores es estimulante y muy divertido, Higorca. El día que nos conozcamos, corazón, menudos recorridos sensoriales que nos vamos a organizar, así disfrutaremos luego doble de tu trabajo, artista!!
Muchos besotes 🙂