ansiedad / Emociones / F-ejecutivas / habilidades sociales / Sensorial

La autorregulación en el autismo

Uno de los procesos más importantes en el desarrollo del niño
es la autorregulación. Saber controlar su energía, las emociones o el
comportamiento forma parte de la autorregulación en los niños. Hay una capacidad
de modular y modificar respuestas -emocionales y cognitivas- . Es por tanto una habilidad
aprendida
-es decir, se puede enseñar– que se va a desarrollando a
través de los años.

Sabemos que el autismo lleva implícito, en mayor o menor
medida, unas particulares habilidades sociocomunicativas, alteraciones del
procesamiento sensorial, déficit en las funciones ejecutivas y escasas
estrategias de autorregulación. Si a ello le unimos un entorno físico
sobrecargado de estímulos, los cambios constantes que se producen
(impredecible) y las exigencias sociales, queda claro lo complicado que es para
una persona con autismo desenvolverse en el mundo social sintiéndose bien.
Seremos
proactivos
: Con un entorno amable con el autismo:


Ver Las conductas disruptivas siempre tienen una razón

Para cualquier
niño menor de tres años con un desarrollo típico, las rabietas son la forma de
expresar frustración inmediata, y ocurren ante la falta de un desarrollo de
lenguaje adecuado para transmitir sus sentimientos. Sin embargo, muchos niños
con TEA no pueden comunicarse de manera apropiada como los niños con un
desarrollo neurotípico hacen. Por el contrario, desarrollan formas inapropiadas
de comunicación. Fuente: Desarrollo infantil y competencias en la primera
infancia. Ministerio de Educación de Colombia.

Ver Las fobias en el autismo.

De la regulación
a la autorregulación:
Al inicio del desarrollo, la regulación
es primordialmente fisiológica, para luego relacionarse con procesos emocionales
y conductuales.  Estos procesos
permitirán al niño posponer el acto deseado, y consecuentemente podrá alcanzar
metas individuales y adaptarse socialmente. 
Mientras que la regulación agrupa procesos reactivos
menos voluntarios, la autorregulación, se genera internamente de forma
voluntaria, aunque no necesariamente consciente. Hay por lo tanto un control de
procesos emocionales y cognitivos.

Sobre los dos años los niños empiezan a comprender que
los otros tienen “intenciones” y que actúan en relación con ellas. La
aprobación y desaprobación que los adultos hacen de los comportamientos de los
niños desde edad temprana, son la fuente para la construcción de sus valores:
“no le quites el juguete” o “no se pega”, por ejemplo. Sobre los sentimientos
que experimentan y los efectos de sus conductas, los niños construyen sus
propias normas y van configurando sus valores. Acercándonos a los tres años,
habrá que empezar con programas de intervención en Emociones (comprensión emocional sobre todo, comenzando por la
relación que las situaciones tienen con las emociones), comprender los modos de comportamiento (contextos y
situaciones adecuadas), iniciar las habilidades sociales y familiarizarse con técnicas de regulación.
Podemos
distinguir tres tipos de regulación:
sensorial,
emocional y cognitiva. 

-La regulación sensorial: permite mantener un
nivel adecuado de alerta y responder de manera apropiada ante los estímulos
sensoriales del ambiente. 

-La regulación emocional: permite  iniciar, inhibir o modular su comportamiento en
diferentes contextos sociales de acuerdo a las normas que los rigen. Es la
habilidad del niño para notar y responder a entradas sensoriales, externas e
internas; y luego ajustar sus emociones y comportamiento a las demandas de su
entorno.  Incluye reacciones involuntarias
del cuerpo (frecuencia cardíaca o respiratoria) y voluntarias (balancearse,
aleteos, frotarse las manos, respirar hondo…)

-La regulación cognitiva: Permite el uso de  procesos cognitivos o mentales necesarios en
la resolución de problemas y habilidades relacionadas con la atención,
transición y persistencia en las tareas. Aquí las funciones las funciones
ejecutivas juegan un papel fundamental. Hay ya un control, un uso voluntario
además de la habilidad de inhibir una respuesta dominante, o activar una
respuesta subdominante, para planear y detectar errores (Rothbart y Bates,
2006).
Podemos resumir que la autorregulación emocional es
la capacidad que tenemos para controlar nuestros estados, impulsos y recursos
internos.
Estrategias
neurofisiológicas y sensoriomotrices
  • Caminar – presionar bien los pies sobre el suelo. Se
    puede combinar con una cuenta atrás del 10 al 0.
  • Beber agua
  • Abrir mucho lo ojos
  • Tocar y percibir diferentes texturas que no estén rodeando
  • Concentrarse en diferentes sonidos
  • Mirar alrededor y descubrir 7 colores distintos (y
    nombrarlos) – también pueden ser diferentes objetos
  • Técnica de respiración
    para
     desacelerar sus pensamientos.  Truco: caja de respiración

  • Soplar:  circuitos de soplos, bolsas de soplos, etc. Aquí y Aquí
  • Masaje suave pero firme, abrazos de oso, sentir los
    límites del cuerpo o abrazos de oso proporcionan al niño una entrada táctil y
    propioceptiva reconfortante. 


Crear un rincón tranquilo en casa y tener un kit calmante: 

Un rincón
sensorial que sirva como refugio al niño. Un espacio con pocos estímulos, al
que pueda acudir cuando note que está perdiendo el control y bajar ahí su nivel
de alerta. Se pueden preparar con muchos elementos: colchoneta, cojines, pelota
terapéutica, texturas y los elementos que sean tranquilizadores para el niño:
pompas de jabón, pelotita de apretar, un libro, su peluche, material para
dibujar.. (es decir, su Kit Calmate). Se pueden colocar también apoyod visuales
relacionados con la regulación emocional.

Rueda de instrucciones de Pictorina, cuyo blog os invito a visitar, pues es una maravilla
Estrategias
cognitivas

Hacia los tres o
cuatro es complicado para los niños aprender a negociar entre sus deseos
-inmediatos y absolutos- y las restricciones a ese deseo por parte del adulto o
de las normas sociales. Encontrar ese equilibrio entre los deseos y las normas
está en la base del proceso de socialización. Es posible que entretanto las
rabietas, los berrinches, y las peleas con otros niños se den más
frecuentemente que en otros momentos. Por ello es tan importante hacerles
comprender la situación del otro, y la necesidad de controlarse y manejar sus
emociones. Importante por ello trabajar en paralelo las habilidades sociales,
los límites, lo  correcto, lo no
permitido, así como elementos de regulación emocional.  Fuente: Desarrollo
infantil y competencias en la primera infancia. Ministerio de Educación de
Colombia.


  • Distinguir entre situaciones adecuadas / inadecuadas en
    diferentes contextos
  • Programas de habilidades sociales: Las habilidadessociales son un conjunto de conductas que nos ayudan a relacionarnos de forma
    adecuada con nuestro entorno y con otras personas. Un niño sin autismo va
    aprendiendo de forma natural a comportarse adecuadamente en diferentes
    contextos, al automatizar una serie de rglas latentes en su entorno
    sociocultural. Sabemos que, sin enmbargo, el área de la socialización está
    afectada en el autismo, así que tendremos que propiciar su aprendizaje de forma
    explícita. Implican cuatro áreas: Habilidades sociales básicas (saludos,
    favores y cortesía), Habilidades conversacionales, Habilidades de juego,
    Habilidades emocionales.

TRUCO: Enséñale a hablar consigo mismo haciendo
que diga en voz baja algo así como: «Puedo estar tranquilo» o
«Puedo hacer esto».



 

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ALGUNOS OBJETOS REGULADORES




esto es un resumen de la entrada. Para leerla completa y descargar el material, puedes entrar en el blog. Se agradece tu visita siempre.

11 comentarios en «La autorregulación en el autismo»

  1. Impresionante entrada.¡Cuanto nos ayudas!.Completísima esta entrada y con muchísima información, ideas,recursos y materiales.Un tema complicado y muy interesante.Me gusta e interesa este tema.Gracias campeona por facilitarnos siempre las cosas.

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