La generalización es la capacidad de aplicar habilidades aprendidas en un contexto a diferentes situaciones, personas, lugares y momentos. Este proceso es especialmente relevante en el autismo, donde el aprendizaje tiende a centrarse en detalles concretos más que en patrones generales (Qian & Lipkin, 2011). Mientras que las personas autistas suelen almacenar información de manera independiente y detallada, las personas no autistas tienden a buscar regularidades y patrones. Por eso, facilitar la generalización en el autismo implica diseñar estrategias específicas que amplíen el rango de aplicación de las habilidades adquiridas.
¿Por qué trabajar la generalización en el autismo?
Aplicación de habilidades a diferentes situaciones: Permite utilizar lo aprendido en diversas áreas de la vida diaria, aumentando su utilidad práctica.
Promoción de la independencia y autonomía: La generalización facilita que las personas autistas enfrenten nuevos desafíos y entornos con confianza.
Facilitación de la convivencia social: Habilidades generalizadas mejoran las interacciones en diversos entornos sociales, educativos y laborales.
Adaptación a cambios: Ayuda a gestionar transiciones, novedades y variaciones en la rutina diaria.
Fomento del aprendizaje continuo: Permite construir sobre habilidades existentes, aplicándolas a nuevas áreas.
Reducción de la dependencia de contextos específicos: Las habilidades se aplican en múltiples entornos, no solo en los lugares donde se aprendieron.
Estrategias para facilitar la generalización en el autismo:
- Enseñanza en entornos múltiples:
Practicar habilidades en diversos lugares, como la casa, la escuela o espacios públicos. - Generalización temporal:
Introducir habilidades en distintos momentos del día, días de la semana o estaciones del año. - Uso de diferentes personas como modelos:
Involucrar a varias personas en el aprendizaje, mostrando cómo aplican la misma habilidad. - Apoyo visual:
Utilizar imágenes, diagramas o listas como referencias visuales que refuercen la aplicación de habilidades. - Contextualización significativa:
Enseñar habilidades en contextos relevantes para la vida diaria, facilitando su comprensión y uso. - Práctica en simulaciones:
Realizar juegos de rol o actividades que imiten situaciones del mundo real. - Fomento de la autonomía:
Permitir que las personas autistas tomen decisiones y resuelvan problemas por sí mismas. - Colaboración con entornos naturales:
Practicar habilidades en contextos auténticos, como el hogar o el lugar de trabajo. - Feedback constructivo:
Proporcionar retroalimentación específica sobre cómo aplicar las habilidades en diferentes situaciones. - Transiciones graduales:
Introducir cambios de manera paulatina para facilitar la adaptación. - Involucramiento de la comunidad:
Participar en actividades comunitarias para practicar habilidades en entornos sociales diversos.