
Carta a madres y padres
1. Nadie tiene culpa
No hicisteis nada mal. No fue vuestra manera de criar, ni vuestros errores, ni vuestras decisiones lo que “provocó” el autismo.
Porque el autismo no es una tragedia. Es una forma diferente de percibir, de sentir, de vivir.
Aceptar eso es el primer paso para dejar de cargar con una culpa que nunca os correspondió.
2. No tenéis que tener todas las respuestas
Acompañar no es tenerlo todo claro.
Acompañar es estar, incluso cuando hay dudas. Es sostener sin saber siempre cómo. Es aprender mientras camináis juntos.
Permitíos preguntar. Permitíos no saber. Permitíos empezar desde cero, las veces que haga falta.
3. También necesitáis cuidados
Sois importantes. No solo como cuidadores, sino como personas.
El autocuidado no es egoísmo, es oxígeno.
Solo desde el bienestar podréis sostener con ternura, paciencia y presencia.
4. Permitíos sentir
Está bien si un día estáis tristes.
Está bien si aparece el miedo, la rabia, la frustración.
No os castiguéis por sentir. Aceptad vuestras emociones sin juicio, y buscad espacios seguros donde expresarlas.
5. Escuchad a quienes viven el autismo en primera persona
Las voces autistas son clave para comprender qué necesita realmente vuestr@ hij@.
Hay blogs, libros, redes, charlas. Hay personas autistas adultas que pueden mostraros un camino más real y respetuoso.
No es lo que se dice sobre el autismo, sino lo que se dice desde el autismo lo que transforma.
6. El amor no basta, pero sí transforma
Amar no es suficiente, pero es el punto de partida.
Cuando al amor se le suman el respeto, la escucha, la información y los apoyos adecuados, entonces sí: el amor transforma.
7. No forcéis lo que no es necesario
El contacto visual, la forma de hablar, la expresión emocional, la manera de jugar…
No hay un único modo de comunicar, de aprender, de estar.
Respetad los ritmos, los silencios, los intereses especiales, el stimming, los límites. Todo eso es comunicación también.
8. Vuestr@ hij@ os necesita como sois
No sois máquinas.
Sois madre, padre, acompañante.
Y vuestra presencia, con errores, aciertos, tropiezos y amor, es lo que más ayuda.
9. No estáis solos
Hay otras familias. Hay comunidad. Hay recursos, grupos, libros, redes.
Buscar apoyo no es señal de debilidad, sino de sabiduría.
No tenéis que hacer esto en soledad.
10. El futuro no está escrito
No hay pronóstico definitivo, ni techo, ni destino cerrado.
Cada paso cuenta. Cada avance importa.
Lo importante no es cuánto se ajusta vuestr@ hij@ a una idea de normalidad, sino cuánto puede ser feliz siendo quien es.
11. Disfrutad de la complicidad
El acompañamiento no tiene por qué ser solo esfuerzo o intervención.
También es disfrutar juntos, reírse, descubrir, asombrarse, crear rutinas propias, jugar, observar…
La complicidad se construye con miradas que se entienden, con respeto mutuo, con momentos que no se olvidan.
Avanzar de la mano, a su ritmo, con vuestra presencia incondicional, ya es un acto de amor profundo.
Y recordad:
No se trata solo de ayudar.
Se trata de compartir la vida.
Con respeto, con ternura, con complicidad. 🌿
Millones de gracias por esto… Soy autista recién diagnosticada (en septiembre del año pasado), con 42 años y llevo desde bastante antes investigando e informándome sobre autismo y neurodivergencias y mis padres están muy implicados conmigo, intentando ayudarme como pueden e informándose también, como bien has dicho, leyendo los mismos libros que estoy leyendo yo, de testimonios en primera persona, por ejemplo.
Aún así, publicaciones como estas me parecen tremendamente necesarias para ellos, como buenos consejos sobre cómo lidiar con ello, después del diagnóstico.
Simplemente gracias por divulgar sobre ello con una mirada tan humana, tan cercana 🤗💖