
Malentendidos y comunicación: cuando el problema no es entender mal, sino no haberlo dicho claro
Por Anabel Cornago 🌱
Un malentendido ocurre cuando alguien interpreta algo de forma diferente a como fue pensado o dicho. Y no, no se trata de hacerlo «mal», sino de tener una percepción distinta. En la vida cotidiana esto puede pasar a cualquiera, pero cuando hablamos de autismo, los malentendidos pueden ser aún más frecuentes.
¿Por qué? Porque muchas normas sociales no se explican: se esperan. Y muchas expresiones del lenguaje no significan lo que realmente dicen. Esto puede confundir a quien necesita claridad, literalidad o una comunicación más directa.
1. Expectativas no dichas: la trampa invisible
Muchos malentendidos nacen de algo que nunca se dijo. Las normas sociales implícitas pueden generar confusión si no se hacen explícitas.
Ejemplo 1:
Pedro espera que su amigo lo mire a los ojos mientras le habla.
Su amigo le responde con la cabeza baja, incómodo con el contacto visual.
Pedro piensa: “No me está escuchando.”
Su amigo piensa: “Estoy concentrado en lo que digo.”
Ejemplo 2:
Carla entra a clase sin saludar.
Marta se molesta y piensa: “Está enfadada conmigo.”
Pero Carla estaba nerviosa por un examen y no supo qué decir.
No es falta de educación. Es falta de claridad.
No es intención negativa. Es una expectativa no dicha.
Cuando se nombran las expectativas, se reducen los malentendidos.
2. Lenguaje literal: cuando las palabras se entienden tal cual
Muchas personas autistas tienden a interpretar el lenguaje de forma literal. Si decimos “espera un segundo”, pueden contar literalmente un segundo. Si decimos “esto está que arde”, pueden imaginar fuego real.
Ejemplo real:
Un adulto dice: “¡Tienes que comerte todo lo que hay en el plato!”
El niño lo intenta… incluso la servilleta.
No hay burla, hay literalidad.
No hay desobediencia, hay otra forma de entender.
3. Expresiones figuradas: un mundo lleno de metáforas confusas
Frases hechas como “me subo por las paredes”, “te vas por las ramas” o “estás en las nubes” pueden sonar muy extrañas si se interpretan literalmente. Para quien no está familiarizado con su uso figurado, generan confusión e incluso angustia.
Actividad sugerida:
Escribe en tarjetas expresiones figuradas y juega a descifrarlas.
- ¿Qué significan?
- ¿Qué imágenes crean?
- ¿Cómo podríamos decirlo de forma más clara?
Actividad para reflexionar: ¿Qué esperabas tú?
Presenta una situación sencilla y analiza:
- ¿Qué esperaba una persona?
- ¿La otra lo sabía?
- ¿Cómo se puede resolver el malentendido?
Ejemplo:
“Luis no respondió al ‘gracias’. ¿Es mala educación o simplemente no sabía que se esperaba esa respuesta?”
Conclusión
Los malentendidos no son errores. Son oportunidades para hacer visible lo invisible, decir lo que suele darse por hecho y crear puentes de comunicación más claros y empáticos.
Cuando explicamos lo que esperamos, evitamos conflictos.
Cuando usamos un lenguaje directo, damos seguridad.
Y cuando dejamos espacio para preguntar, abrimos camino a la convivencia.
Hablar claro también es un acto de cariño. 🌿